
Aquel día estaba yo relajado, feliz... a casi 2000 kilometros de mi vida real, de mis problemas y mis retos...
Pero cuanto más féliz eres, más intuyes que estás abonando el terreno para la nostalgia y la melancolía futura. Esta foto quizás fue promovida por esa parte de mi que ya estaba preparando ese sentimiento del que, confieso, ahora soy pasto.
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