Acabo de volver de una semana por tierras manchegas. He estado allí con un propósito meramente "vacacional" pero evidentemente una de mis máximas intenciones era seguir "explorando" (fotográficamente hablando) las posibilidades de hacer "buenas fotos".
Aquel día salí con la intención de meterme por los caminos que ya voy conociendo (mal que le pese al filtro del aire de mi coche) y dejarme guiar por mi instinto y por mis ojos. Una excursión de una o dos docenas de kilometros durante un par de horas.
Inmediatamente empecé a sacar cosas que me estaban dejando muy satisfecho, en otras palabras: me gustaban y mucho. Y empieza uno a pensar si merece ya la pena volver. Si con una o dos fotos buenas es suficiente. Siempre he pensado que una sola foto puede justificarlo todo, una excursión, un viaje, una trayectoria como fotógrafo aficionado. Darme una foto emocionante y justificaré lo que sea.
Por suerte seguí dando vueltas. Y me paré delante de una lometa rodeada de viñas que tenía al lado un campo de pimientos. El campo olía estupendamente (nunca había estado en uno) y vi que estaban poniendole una cerca pero que lo tenían a medias.
Comprendí que ahí había una foto, pero tarde un rato en descubrir que estaba en el punto de vista que os muestro.
ACTUALIZACIÓN: Interfacelift tuvo ayer a bien incluir esta foto entre Los wallpapers de mi portfolio. Sólo en un día la han descargado más de 1000 veces. Desde aquí gracias.
Vía
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