
Jan Palach, auténtico martir contemporáneo (o tratado como tal al menos). Tenía este sencillo homenaje en las inmediaciones del Rudolfinum de Praga.
La fotografía como válvula de expresión y medio de escape de alienaciones cotidianas... en permanente construcción / experimentación...
In Eggleston we trust
No hay comentarios:
Publicar un comentario