Lo primero de todo debo disculparme por el título tan trillado y cursi que he elegido para el post. Pero cuando ponga toda la reflexión que el otro día tuve y hoy transcribo quizás quede medianamente justificado para la mayoría de mi minoritaria audiencia.
El otro día, recordaba un pensamiento que tenía cuando era muy pequeño. Como mucho tendría tres o cuatro años. Recuerdo la sensación extraña que me producía escuchar a alguien hablar "en extranjero". Recuerdo la sensación de identificar que los sonidos emitidos por la persona extranjera en cuestión era lenguaje pero era indescifrables.
Hablaba pero no entendía.
Pero percibía una fuerte paradoja (evidentemente no la denominaba así) cuando para reirse empleaban risas que sí eran inteligibles para mí.
Eran identicas a las que yo conocía.
Los extranjeros, en consecuencia hablaban "en extranjero"... pero se reían "en español". El idioma universal para mí en aquel entonces, claro.
Vía
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