Me estoy volviendo un fotógrafo dominguero... o quizás ya lo soy directamente...
Hoy he salido con la angustia de ver como la luz se va y no sabes si parar frente a cada cosa que te despierta las ganas de parar o llegar al destino que te has marcado como destino fotero.
Normalmente lo que suele ocurrir es que no paro en lo que es cercano con la esperanza (bastante infundada) de que ya volveré otro día dado que me pilla cerca, luego muchas veces no vuelves. Cuando ya estás algo lejos y si ves algo interesante sí que paras "no vaya a ser que llegues y tampoco saques nada en claro y encima hayas perdido la poca luz que había". Esta foto corresponde a esto que comento. Mi destino era Cullera, pero este bar de Sollana me "obligó" a pararme y buscarle la foto.
Curiosamente tanto esto como lo que saqué en Cullera responde al mismo patrón. Establecimientos de hostelería que rozan el arquetipo y que sin ser antiguos-antiguos sí que son más viejos que yo.
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